El día de ayer mientras me desplazaba en la movilidad pública rumbo a mi trabajo, me turbe ante un olor completamente desagradable que atesto el ambiente del vehículo, y no fue solo mi olfato el que se apercibió de esto, la gesticulación en los rostros de los pasajeros fue mas que elocuente dando cuenta que era algo generalizado. ¿Qué fue lo que produjo algo tan desagradable? ¿Un perro muerto?, ¿desperdicios en estado de descomposición? Es un tema aparte.
¿Quién no ha experimentado una sensación tan incómoda? Creo que todos sin lugar a dudas y por mas que lo hemos padecido en otras oportunidades creo que nadie logra habituarse. Bueno eso es lo que creo.
Hace una semana vi en un “reality show” una modelo cambio las pasarelas por la baranda de un camión de basura, pues debía ayudar a una señora con su trabajo de recolectora
y uno de las partes mas estremecedoras fue el olor tan fuerte que no podía soportar; no así la señora que estaba habituada a esos hedores.
“ Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquellos olor de vida para vida” 2 Corintios 2:15-16
Todo cuanto hacemos emana una olor ante nuestro Dios, cuando son actos de obediencia ante nuestro Dios es Olor Fragante, mientras que los actos de desobediencia son olor nauseabundo ante nuestro Dios
Por un momento imaginemos el olor que emanamos ante la presencia de nuestro Dios, por una momento veamos a nuestro Dios esperando que ese frasco de Nardo puro sea derramado ante el por nosotros, y lo que le damos es complemente lo contrario.
RSS Feed (xml)
No hay comentarios:
Publicar un comentario